Por Silvia Cruz Montalvo
Desde hace aproximadamente un año, existe una iniciativa muy interesante de un grupo de restauranteros en el centro histórico, quienes proponen una amplia oferta gastronómica complementada con la puesta en valor de bebidas, destilados y licores potosinos.
Un pasaporte gastronómico para deleitar todos los sentidos, en establecimientos que son atendidos en su mayoría por los propietarios, que de manera muy visible tienen en común denominador personal en el servicio que atiende no sólo con calidad, también con calidez.
En un inicio se involucraron 15 negocios, todos con la particularidad de estar ubicados en inmuebles de alto valor patrimonial, algunos en fincas restauradas, rehabilitadas o simplemente adecuadas como espacios urbano arquitectónico con ambientes cálidos, orgánicos, con una combinación de estéticas acogedoras, un equilibrio perfecto entre historia y modernidad para maridar buena cocina, con buenos acompañantes salidos de las manos de jóvenes mexcaliers, mixólogos y baristas.
La idea ha dado resultado, todos los involucrados ofertan promociones diariamente, que aderezan con valores agregados como conciertos, exposiciones pictóricas o fotográficas, presentaciones literarias, tributos hacia determinado canta autor o grupo de los que dejan huella, lo que ha vuelto estos espacios muy especiales. También hay propuestas gastronómicas únicas y experiencias diferentes en bebidas que combinadas le dan ese plus al centro histórico, la mayoría de estos espacios tienen un ambiente relajado, abierto y puesto expresamente para disfrutar y compartir ya sea en pareja, en grupo de amigos, o en familia, de esta manera cada vez se suman más negocios a la iniciativa abriendo una invitación a recorrer cada uno de estos lugares.
Aquí sugerimos algunos, los que están en el concepto del pasaporte gastronómico y otros más que pueden ser de interés, para disfrutar la experiencia de vivir nuestro centro histórico en la capital potosina, descúbrelos y recomiéndalos.
Entre ellos esta restaurante Chau en la calle de Iturbide casi esquina con Independencia, en la calle de Universidad entre Vallejo y 5 de mayo están Croque La Vie SLP y Bostonia, en Carranza, ahí pegadito a la plaza de Fundadores, justo en los portales Ipiña están Cantina La Histórica, Bretonas Crepería, Tres60.
En el callejón que va de San Francisco a Aranzazú están La Oruga y la Cebada, la cervecería Callejón 7B, una hermosa cafetería con especialidad en repostería alemana Kaffee Kunst Berlín, y si además quieren disfrutar de las cupulas del templo de San Francisco está el restaurante Papalote Guateque. En la calle de Galeana, Café Sideral y más adelante justo frente a los chocolates Constanzo esta Fork centro histórico, y enfrente además de una galería de arte, la terraza tiene un restaurante llamado Mista.
En Aldama El Cotillón de la Lonja, justo en la entrada del club social más antiguo de la ciudad, ya en la intersección de Carranza y Uresti se encuentra Cielo Tinto, y una cuadra más al centro La Gran Vía, y si prefieres estar rodeado de naturaleza el bar Comuna en Melchor Ocampo es el indicado.
En Aldama El Cotillón de la Lonja, justo en la entrada del club social más antiguo de la ciudad, ya en la intersección de Carranza y Uresti se encuentra Cielo Tinto, y una cuadra más al centro La Gran Vía, y si prefieres estar rodeado de naturaleza el bar Comuna en Melchor Ocampo es el indicado.
